«ÉRASE una vez, en 2015… un niño al que le encantaban los cuentos de hadas. Los devoraba, uno tras otro, tratando de hallar la fórmula para convertirse en cualquiera de sus protagonistas. Pero nada: ni princesas que rescatar, ni dragones que vencer… Cada vez que la palabra «Fin» quemaba sus verdes pupilas, la magia se esfumaba, resbalándosele entre los dedos.
Un buen día, el soñador abandonó su cuarto, pues no le quedaba ni un libro por leer en la estantería. Corrió por la ciudad, buscando una historia que echarse a la boca… pero todas con las que tropezaba llevaban su nombre.
Por fin, se detuvo frente a un escaparate, y observó en su reflejo, horrorizado, cómo sus manos estaban arrugadas y el pelo le caía sobre la frente, ya blanco como la nieve.
Sólo entonces entendió por qué los cuentos de los otros… se escriben siempre con verbos en pasado.»
Mi felicitación sólo depende de ti: «ES una vez, en 2016…
Vuelvo a donde empecé….na nanana na nanana