Llevo un tiempo dándole vueltas… y lo nuestro tiene que acabar. Lo siento, mi Amor.
No llores, por favor. No llores. ¡Otra vez no! Deja que me explique…
También es muy duro para mí, pues ha sido una historia preciosa, intensa, espontánea, tan enriquecedora… Pero prefiero saltar ahora del barco que dejar que se hunda del todo y perdernos para siempre en su naufragio.
No has hecho nada malo, de verdad. No te diré que no es por ti, sino por mí, porque esa frase tiene siempre algo de mentira.
¿Seguro que quieres saber el porqué…? De acuerdo…
Tú y yo sabemos que lo que empezó como una aventura eterna, brillante, vibrante… ha ido perdiendo fuelle con el desgaste del calendario, hasta convertirse en un borrón por la cantidad de cubos de agua helada que me regalas a menudo.
Cuando llegué a ti, todo eran caricias, lecciones, milagros… Pero poco a poco me has ido demostrando que eras sólo un oasis en mitad del desierto. Uno de esos que, cuando te has acostumbrado a vivir en él… se seca de golpe y porrazo; dejándote más sediento de lo que lo estabas la primera vez que mojaste tus labios en sus tremendas ganas de ti.
De un tiempo a esta parte me asfixias con tus minúsculas rutinas y esos paseos que llegan siempre a los mismos sitios, vayas por donde vayas. Además, me has dejado solo tantas noches, muerto de frío sin tus abrazos, durante tantas horas embadurnadas de nostalgia; echando en falta todo eso que prometías llenar cuando te conocí hace seis meses… Que he llegado a olvidarme de tu mirada plagada de tonos verdes.
Me he hartado de tus repentinos cambios de humor, de esas rabietas inesperadas que siempre terminan en furiosos resoplidos y crueles lágrimas cayendo sobre mí. Ese perfume que me embelesaba los domingos de septiembre… hoy me empalaga, me satura, me revuelve el estómago. Dejémoslo aquí, o nos va a destruir, Cielo…
Estoy cansado de tu doble moral. Del no hay nadie como tú, mientras que no paras de compararme injustamente con tu grupo de amigotes a medio hacer… Sí, esos mismos que luego dejas tirados por las aceras a su suerte, justo cuando eres consciente de que ya están enganchados al sabor de tu piel, de tu inseguridad, de tu falsa compasión.
¿Pero no te das cuenta de que ya casi ni hablamos…? ¿Y de que cuando lo hacemos, la mayoría de las veces… ni te entiendo? Además, eso de tener que ahogarnos en tu alcohol para sentir que somos el uno para el otro, para soltar nuestras lenguas, sueños y pasiones; o, simplemente, para amarnos… ya no me divierte.
¡¿Que si hay otra, dices…?!
Pues mira, ya que lo preguntas… Te diré que sí…
He de reconocer que me he enamorado de otra. ¿Qué digo? ¡Llevo enamorado de ella toda la vida! Y tengo que darte las gracias. Porque, si no llega a ser por ti, no me habría dado cuenta, Niña… ¡Ella sí que es una mujer de verdad!
Te echaré de menos, Pequeña. Te echaré de menos… Dublín.
Bienvenido, Que nombre vas a poner a la niña ? o lo anticipa la canción? – por cierto no la conocia- y ma ha encantado. Genial, nos veremos pronto
Me da que de ésta me extingo, socio, así que mejor no pienso nombres… jaja! Nos veremos seguro, antes de mi próxima partida! ;)
Sublime!!! :)
No la eches de menos, llévala contigo, le debes mucho…..sin ella no habrías escrito con la maestría que lo has hecho, así que seguro que se merece algo más que una «pasada de página» ;). Y a tu novia de siempre tampoco la idealices, será por mujeres…..te lo digo yo que tengo a la mía esperándome pacientemente…..ya sabes que «ellas» acaban siendo posesivas y si caes en sus brazos, la de cosas que te puedes perder!!!!
Enhrabuena….por no dejarte pillar ;)
Claro que la llevaré conmigo! Me encanta darme cuenta de que cada vez estoy más vacío de mí y más lleno de Ellas… Qué puede haber más gratificante que tener incrustados por dentro y por fuera trocitos de mujeres tan impresionantes? ;)
Me ha gustado mucho, hasta el final me has tenido en ascuas, jejeje.
Genial cada día me sorprende más tu imaginacón.
Bessss
Imagino que será una cuestión de genética! ;)
.
,